La sociedad acostumbra a desechar lo viejo, lo gastado aun cuando todavía cumplan su función porque ya no les sirve, no les gusta, no funciona bien, etc.
Lo mismo hacemos con nosotros mismos, cuando nos ponemos viejos, la sociedad tiende a rechazarnos, a hacernos a un lado, como un objeto viejo que ya no nos sirve. No nos damos cuenta que, aunque parezcan desgastados tienen mucho que ofrecernos, solo importan las apariencias. Así, los viejos van siendo olvidados y descartados por sus familiares y por la sociedad en general. Por esto existen los hogares de ancianos, casas de reposo, asilos, distintos lugares pero que al fin y al cabo tienen la misma finalidad, ir guardando a nuestros ascendentes. Lo hacemos a veces para sentiros mejor, pensamos que ahí estarán mejor. Y es que a veces es así, la única compañía que les queda son ellos mismos, sus pares que están en la misma condición que ellos, es decir, otros ancianos.
Aunque por lo general pensamos que en estos hogares no lo pasan muy bien, (ya que, de alguna forma, están ahí abandonados) la verdad es que algunos si, ya que encuentran buena compañía y amigos. Me di cuenta sacando estas fotos que estando muy solos y abandonados por su familia, encuentran entre ellos amistad y bien estar.